La olas vienen y van
La corriente sigue siendo la misma
La intensidad afloja para cuando parece que se para del todo, volver a rugir de nuevo.
En el camino se van acumulando los momentos mágicos, los momentos de ternura, de risas, de sinceridad, de desengaños, de tristezas.
Los momentos del camino los guardamos en la caja de los recuerdos.
Ganamos la amistad verdadera, la que hace que la corriente exista.
Las olas se van, la mar se queda en calma.
Las lágrimas que dejan las olas al marchar sobre la arena perdurarán siempre, marcarán el camino con los surcos que dejaron.
Risas que se oirán en la lejanía, que están esperando a volver a ser protagonistas cuando las olas vuelvan a estar en calma.
Risas y lágrimas.
Amor y decepción.
Confianza y desconfianza.