sábado, 31 de julio de 2010

A mi hija Maria

Hace dos años llegaste al mundo y desde el momento en que supimos de tu existencia, sabíamos que ibas a ser el pilar fundamental de nuestras vidas, pero lo que no imaginábamos era la suerte que tendríamos… Son de esas cosas que piensas muchas veces y nunca llegas a pensar que puede ser tan fantástico…eres mejor de lo que sonábamos.

Recuerdo mi embarazo como una etapa bonita, en la que los sentimientos estaban a flor de piel, las emociones se sucedían y se entrelazaban… era una coctelera de sensaciones complementarias y a la vez opuestas. Hiciste varios amagos de salir…el más importante el día de mi cumpleaños, si por ti hubiera sido nacías ese día…
Tras una caída que más vale olvidar, llegó el santo de tu padre. Era jueves, y nos pusimos de punta en blanco y con taconazos para irnos de cena y como no, copita de jueves. Con el permiso de tu padre, pasamos por la gine para revisión y la velada cambió… Esos deseos que una noche convertiste en mi dolor. Llegó el 1 de agosto, a las 2h15 de la madrugada y escuchamos tu llanto por primera vez…
Tuvimos suerte, la niña trampa…. Eres una niña sana, alegre, fácil de llevar.
GRACIAS a ti, a tus risas, a tus abrazos, a tus “TIERO TA SIELO” (te quiero hasta el cielo), la vida es más fácil, más alegre y con un motivo más y quizás el más importante ahora. Nos haces relativizar muchas cosas y das la importancia al amor, al cariño, al respeto, a la VIDA.
Desde aquí, hija mía, te deseo un FELIZ CUMPLEAÑOS.
Como toda madre quiero lo mejor para ti, y eso NO es nada material, sino que lo que quiero es ver como se cumplen todos tus sueños, ver como consigues tus objetivos, ver como te conviertes en una persona responsable de tus actos, ver como la gente te quiere y ver como les quieres tú a ellos sin intereses de por medio, sino por el único hecho de dedicarles una sonrisa. Estoy aquí para guiarte en ese camino.
Gracias por existir.

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