lunes, 10 de enero de 2011

Navidad pasada...

Tras la Navidad todos nos quejamos de lo que hemos engordado, de los regalos que no nos han gustado, de las cenas y comidas que no nos apetecían, de la gente que no queríamos ver, de lo que nos hemos gastado... Pero no nos paramos a pensar en lo AFORTUNADOS que somos. Cuanta gente no tiene ni para comer en navidades... y nosotros venga a atiborrarnos a comilonas...y ¡encima nos quejamos!
Los regalos, nos los hacen con todo el corazón, o a veces simplemente por cortesía o porque toca, pero debemos agradecerlos, puesto que somos afortunados ya que alguien ha pensado en nosotros, se ha gastado el dinero, ha perdido su tiempo...simplemente por agradar o para que seamos felices. La familia o amigos o incluso conocidos que hemos visto en las cenas... es gente que voluntariamente (o no) viene y cena con nosotros, pero al menos tenemos a alguien con quien compartir estas fechas...hay personas que ni siquiera optan a ello... y ¿encima nos quejamos?
El dinero que hemos gastado...pues...¡hemos gastado lo que hemos querido!, puesto que lo importante es el regalo que sale del corazón y lo que lo valoramos nosotros... no hace falta hacer grandes dispendios...lo importante es pensar en la persona a la que regalamos y lo que le puede gustar... algo con cariño...


La Navidad, época de deseos, de sentimientos encontrados, de nostalgia, alegría, ilusión y tristeza. Familia que se reencuentra, familia que ríe, llora, discute y vuelve a reír. Los niños la viven con ilusión y los adultos debemos dejarnos llevar por esa magia. Dejar atrás el rencor y que el amor nos invada. Adoro la Navidad, sus luces, sus colores, su calidez... Deseo que vuelva... pero hasta el año que viene no pasará...y quizás sea por eso que es tan especial, ¡porque es una vez al año!

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