En una fría tarde de lluvia, llegó.
Sorprendió a todos con su visita.
Nadie la esperaba, nadie la había llamado, nadie quería verla aunque todos sabían que algún día aparecería.
Mucho hablaron de ese momento, muchas risas entorno a las reacciones de la visita, miedos y angustias por recibirla.
Su llegada era certera, inevitable.
El recibimiento nunca sería correcto. La llegada nunca deseada.
Viene a buscar a alguien, viene a darle la mano, pero todos intentan esconderse.
Quieren huir a un lugar lejano, fuera de su alcance.
No existe ese lugar, no hay lugar en el que esconderse.
En muchas ocasiones hemos hablado de su llegada, pero nunca se está preparado.
Tarde de lluvia, tarde de despedida.
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