Los padres te enseñan a mirar las cosas, a apreciarlas.
Un padre no sólo educará, dará ejemplo.
No necesitamos transmitir conocimientos, quizás lo importante es transmitir amor, sensibilidad, ternura, capacidad, posibilidad, y seguridad.
Los hijos nos enseñan todavía más.
A través de sus ojos vemos el amor desinteresado, la bondad, el amor incondicional, la risa espontánea, el llanto más sentido y desconsolado.
A través de sus ojos descubrimos un mundo que a nosotros nos pasa desapercibido.
Aprendamos a mirar con sus ojos, e intentemos enseñarles a apreciar lo bueno, lo que sale del corazón.
Demos ejemplo y que ellos nos lo den.
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