Aún recuerdo como si fuera hoy la noche que viniste a despedirte de mi.
Apareciste con tus tejanos, con la calma en tu mirada, con la seguridad en tu caminar y la serenidad de tus palabras.
No hubo despedida, no hubo ni el adiós ni los lloros... Sólo un beso y unas palabras. Un beso que aún perdura en mi mente y que lo siento como real cada vez que lo recuerdo.
Unas palabras que me acompañan día a día... Y que hoy más que nunca recuerdo.
No hay dolor, no hay lloros, no hay tristeza si recuerdas con el corazón.
Despedir a tiempo, llorar en su momento, y seguir viviendo...
La vida no para por mucho que queramos.
La vida no vuelve por mucho que lo intentemos.
La vida pasa con o sin nosotros.
Y mientras la vida pasa yo aún recuerdo...
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