El nuevo curso empieza.
Preparados los lápices, afilados y listos para escribir
la historia.
Las libretas en blanco, preparadas para llenarse de
historias llenas de vida.
La mochila reluciente para llenarla día a día con las
vivencias.
En esta mochila se ha quedado lo imprescindible, lo
importante de verdad... Lo demás lo hemos sacado o se ha ido...
Este año, más que nunca, septiembre empieza de cero.
Cargado de esperanza, de vida, de sonrisas, de miedos, de
ansiedad, de dudas y de seguridad. Es un septiembre de cambio.
Ritmo frenético y calmado.
Ritmo nuevo.
Y no puede empezar mejor. Empieza donde acabó... Aunque
eso siempre sucede.
Empieza donde empezó a acabar.
Donde mis ojos se abrieron a mi nueva vida, al cambio de
rumbo, al timón que debía recuperar.
Tal vez salga bien, tal vez salga mejor, o tal vez sea lo
mismo... Pero lo haré.
El septiembre se va cargando poco a poco.
Poco a poco soltaremos lastre e incorporaremos nuevas
historias, nuevas aventuras.
Como una niña pequeña preparo mi mochila para todos los
cambios.
Pongo mis lápices, mi libreta y mi ilusión.
Empieza la clase práctica, en breve empezará de nuevo la
teórica... Dormiré poco, pero la ilusión me mantendrá despierta, la ansiedad
por conocer vencerá al cansancio...
Septiembre empiezas como siempre causándome una sonrisa.
La mantendremos intacta.
Y haciendo honor a donde estoy y lo que significa,
embarco destino felicidad.
Mar a favor o mar en contra, da igual, lucharemos para
llegar, con esfuerzo.