Como cada tarde regresa a la cafetería donde te vió partir.
Sentada en la misma mesa donde de ti se despidió.
Pidiendo siempre el mismo café que se enfriará mientras ella sueña entre sus recuerdos.
Aquí está ella, esperando a que vuelvas y que esta vez decidas quedarte a su lado.
Pasan los días, pasan los meses, pasan los años, y aquí sigue ella esperando tu regreso.
Un regreso que sabe que nunca llegará, pero con el que sueña cada día.
Un sueño del que jamás despertará.
Un sueño del que nunca querrá volver.
Un sueño con el que consigue poder seguir viviendo una vida a su manera.
Una vida centrada en la tarde que partiste para siempre.
Una vida rota por el amargo dolor.
Y ahí está ella, sobreviviendo.
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