Debo confesar que soy cada vez más urbanita.
Adoro el campo, me gusta pasear y sentir su olor, impregnarme de él.
Pero debo confesar que en el fondo de mi alma soy una urbanita.
Recuerdo el olor del campo, olor a tierra mojada, olor a madera quemada en una chimenea, olor a flores recién cortadas.
Entre el campo y la ciudad está mi amado mar. Ese mar bravo y tranquilo.
Un mar que me relaja, un mar que me lleva a otro mundo.
Un mar que consigue que mi mente se evada.
Soy urbanita de corazón aunque de campo y playa en espíritu.
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ResponderEliminarte espero por http://lablogoteca.20minutos.es/todo-preescolar-15750/0/
Espero te guste!!
Buena reflexión y buen blog en general. te sigo!
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