Somos felices solo por vivir o como mínimo tendríamos que serlo.
Demasiadas veces buscamos mayor felicidad de la que tenemos y no nos damos cuenta de lo egoístas que nos convertimos en ese momento al querer más felicidad de la que tenemos.
Queremos más felicidad ya que nunca estamos conformes con lo que la vida nos regala.
Valoremos cada cosa que la vida nos concede a diario, cada segundo que vivimos ya es un gran regalo.
Alegría por hacer lo que nos gusta, por la compañía.
Felicidad vivida, felicidad sentida.
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