Encontré en la mitad del camino tu dulce sonrisa.
Emprendí un camino en solitario, un camino para encontrarme de nuevo, para descubrirme, para volver a ser yo, recuperar ese optimismo perdido por los golpes de la vida, recuperar esas ganas de compañía, recuperar un sinfín de cosas que creía haber perdido en algún momento en algún lugar que no lograba recordar.
Mientras me iba descubriendo de nuevo, descubriendo las cosas que creí perder... Te ví en mi camino.
Ahí seguías, pese a mis falsos escudos, pese a mi solitud no deseada, pese a mi intento de frialdad ante el miedo a lo desconocido.
No dejaste de estar presente, seguías en mi mente... Hasta conseguir que a cada segundo aparecieras entre mis pensamientos.
Conquistaste cada parte de mi mente, cada segundo de mi pensamiento.
Convertí mi sonrisa en mi arma, tu sonrisa fue tu arma y nuestras miradas nuestras creadoras de nuevos sueños...
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