viernes, 29 de julio de 2011

Pudiste, pude, pudimos

Pudiste olvidar.
Pudiste cambiar el rumbo.
Pude girar el timón.
Pudiste frenar lo irrefrenable.
Pude salir antes de entrar.
Pudimos dejar una puerta cerrada con llave pero no quisimos.
Entramos a sabiendas que sería difícil salir pero también sintiendo que necesitábamos hacerlo.
Nos adentramos en un historia de la que no queremos escribir un final ya que nos da la alegría diaria que necesitamos.
De nada sirve mirar hacia atrás, arrepentirse o intentar cambiar. Las cosas se hacen conscientemente y asumiendo los errores cometidos.
De valientes es asumir las decisiones y de cobardes renegar de ellas.
Yo soy valiente.
Sed valientes amigos, seguid hacia adelante, y descubriréis la fuerza interior que os acompaña.

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