Actúas siempre controlada, midiendo tus gestos y tus palabras de manera voluntaria.
El destino te pone aquí, colgando de las manos del que controla tus movimientos, y del que tienes miedo que al soltarte puedas caerte.
Tu corazón cuelga de unas manos que dominan tu día a día, unas manos que cuidan de ti a la vez que te privan descubrir un mundo nuevo.
Quizás mañana quieras experimentar esa libertad, o quizás prefieras seguir pendiente de esas manos para que te acurruquen y te protegan, lo que seguro que vivirás será tu vida de una manera u otra, pero la vivirás intensamente.
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