¿Habéis tenido la sensación de ser un juguete roto?
Tiene que ser duro la sensación de sentirse así, o quizás ¿es peor temer serlo?
Los niños hoy juegan con algo y mañana dejan de hacerlo. Como sería eso si os pasara en la vida real. Que una frase vuestra, o una palabra pudiera hacer que alguien perdiera la venda que tiene en los ojos.
¿La gente cambia? ¿O cambiamos la forma en que los miramos? ¿Queremos que cambien o cambiamos nosotros?
Creo que todos somos como somos, y que no cambiamos tanto como creemos. Quizás no sabemos como reaccionaremos puesto que no nos conocemos del todo, o quizás creemos que lo haremos de forma distinta, o quizás no queremos pensar en que haríamos si pasaran determinadas cosas.
La vida nos enseña, nos moldea, y nos vuelve a retorcer para ponernos a prueba. Los juguetes rotos no son más que enseñanzas de todo lo que nos va a pasar en la vida. Los juguetes rotos nos enseñan lo que debemos hacer, lo que debemos evitar.
Los juguetes rotos son inevitables, puesto que para ser un juguete roto primero debes ser un juguete, y la vida debe ser un juego.
En esta vida nosotros mismos somos nuestro peor enemigo, nosotros somos los que más duramente nos juzgamos, nos exigimos, nos recompensamos...y nos rompemos.
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