Escribo sin saber si alguien me lee, sin saber si alguien se siente aludido con mis palabras, si alguien se reconoce, o sin saber si alguien siente lo mismo.
Escribo sin pensar que un grupo de personas pueden estar analizando lo que digo.
Escribo porque me desahogo.
Voy escribiendo sin saber que he dicho una línea antes.
Escribo pensando en que alguien pueda sentirse identificado con algo de lo que digo, escribo pensando que alguien puede esbozar una sonrisa al leerme, escribo creyendo que alguien puede ser feliz al leer mis palabras encadenadas.
Mis historias, mis pensamientos, mis imaginaciones... todo eso lo plasmo aquí.
Pero aún y así, sin saber si alguien se siente representado en mis palabras, me gusta pensar que mis historias son realidad en alguna parte.
Pensamientos, imaginaciones, sueños, cuentos y por qué no realidades. Nunca se sabrá cuanto hay de cada parte en cada escrito.
Como dije el poder de la música nos permite trasladarnos a cualquier parte, imaginarnos cualquier cosa, a veces las palabras, los escritos nos dan esa misma posibilidad y solo nos queda eso para vivir otra realidad, otro mundo paralelo que no podemos alcanzar o que no queremos alcanzar pero que si nos gusta tenerlos en nuestra mente.
La vida es dura, y si en ocasiones no tenemos la fuerza para cambiarla, o la valentía para descubrir otra vida, sólo nos queda el soñar que algún día, quizás mañana, el destino nos depare alguna sorpresa buena...Ilusiones de un mañana, de un mundo venidero.
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