jueves, 17 de febrero de 2011

Margaritas



Las margaritas se deshojan y mientras intentamos decidir.


¿Debemos dejar las decisiones en manos de una simple margarita?


Quizás, en ocasiones, una decisión debe tomarla una margarita y así no darle tantas vueltas... no llegamos a ninguna conclusión que nos guste. Si dejamos la decisión en manos de las margaritas tendremos a alguien a quién culpar cuando no estemos satisfechos y sino le daremos las gracias.


Las margaritas son solidarias, nos ayudan, son generosas.


Pero no nos engañemos, al final si aceptamos la decisión de la pobre margarita deshojada será por que nosotros queremos, algo dentro nos empujará a aceptar la decisión de la margarita.


¿Qué culpa tendrá la margarita de la decisión errónea que hayamos tomado? La pobre margarita que se habrá quedado sin hojas, que habrá muerto en ese intento de salvarte, de ayudarte en tu decisión... no estará ni para recibir las gracias ni para que le eches la culpa.


Además, en muchas ocasiones, el que deshoja la margarita quizás lo tiene más claro y lo único que busca es que la margarita le de la respuesta que otros no dan.


¿Recordáis esos tiempos de niñez en los que matábamos margaritas sin parar?


¿Cuantas margaritas murieron por esos amores adolescentes?¿ Y de que sirvieron?


Nos hicieron pasar buenos ratos, o no. Si el resultado no nos convencía volvíamos a intentarlo... incluso llegábamos a hacer trampas cuando queríamos que saliera el resultado ansiado. Pero da igual lo que diga la margarita, las decisiones no dependen de su palabra... ojalá!


Y si la vida fuera tan fácil como cuando éramos deshojadoras profesionales? Nos parecía que era un vida dura...pero no sabíamos lo que nos esperaba.


Bueno nos queda el consuelo de pensar que de aquí un tiempo quizás queremos regresar a esta época, no? En nuestra mente siempre reza lo de "tiempos pasados...fueron mejores", o como mínimo más fáciles.

Por cierto, ¡me encantan las margaritas y me encanta deshojarlas!

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