Impasibles frente a cualquier situación.
Eternas en el tiempo.
Dueñas de un espacio otorgado.
Esas son las estatuas.
En cuántas ocasiones hubieras deseado ser una estatua y no sufrir por algo, quedarte impasible ante injusticias.
Estatuas humanas sin sentimientos.
Prefiero sentir lo bueno y lo malo, con sus consecuencias que ser una estatua que ni siente ni padece. Impasible ante el dolor de propios y extraños, inalterable y carente de emociones.
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