Pronuncio una palabra que suena a despedida, intentando que el viento se la lleve rápidamente para que no se quede flotando siempre en el espacio.
Despido tu recuerdo en vano, no soy capaz de borrar mis recuerdos y tampoco pretendo eliminarnos.
Al pronunciar tu nombre me vienen recuerdos de un ayer lleno de risas.
Recuerdos de instantes únicos.
El aire sopla a nuestro alrededor, removiendo una y otra vez los recuerdos, dejándolos en el aire flotando y devolviéndome el olor a felicidad y risas.
Soy feliz y me río constantemente y el aire de los recuerdos me acompaña en cada paso.
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