Veo el sol en lo alto. El sol se asoma a lo lejos para devolver la felicidad. Felicidad que provoca un día soleado, sin la tristeza ni los lloros de la lluvia.
Observo la luna y ansío su solitud y tranquilidad. Busco los momentos que compartimos a la luz la luna, que tuvimos en nuestra intimidad compartida.
Tranquilidad agitada como las olas en un mar en calma. Así somos nosotros, así vivimos nuestra historia y así seguiremos por mucho empeño que pongamos en cambiar las cosas o en corregir nuestro camino.
Estamos hechos para compartir historias en un jardín lleno de flores.
Somos del sol y de la luna, somos el sol y la luna pero aunque opuestos estamos hechos para convivir y compartir la vida.
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