viernes, 4 de marzo de 2011

Almas dolidas

Hay dolores que llegan al alma. Hay frases que penetran en el alma y que se quedan ahí para siempre. Hay momentos que quedan grabados a fuego en el alma. Hay desenlaces que hieren al alma de muerte.



Cuando duele el alma, duele de verdad. Es un dolor punzante, un dolor intenso, un dolor inconfundible.



Las lágrimas se ahogan con los dolores del alma. Son lágrimas secas. Son lágrimas del alma las que no brotan de los ojos, pero las que brotan en el interior.



Dolores y lágrimas profundas. Salen del corazón, de la parte más interna, de la parte más arraigada.



No hay cura para ese dolor, más que el tiempo. Ese dolor no desaparece, pero se convive con el. Nos sirve para recordar.


El alma acumula sus vivencias buenas y malas. Todo lo que alegra el alma de forma sincera, de manera feliz, provoca dolores del alma. Llantos mudos, silenciosos pero más dolorosos que los que se oyen en la lejanía.





Dolores que ni el mar puede llevarse.



Dolores del alma, alma dolida, alma triste, alma ya sin alma, alma sin brillo, alma sin sonrisa, alma errante.

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