Es un placer impagable, un placer sincero que sólo puede conseguirse de manera natural.
LA BUENA COMPAÑÍA es el principal ingrediente y hasta es suficiente para conseguir este placer. Con este ingrediente podemos conseguir olvidarnos del resto, del mundo, del entorno.
Pero si lo juntamos con los demás, el resultado es mágico.
Otro de los que a mi gusto no pueden faltar para completar el placer es un BUEN VINO, un buen tinto con cuerpo, con su justo aroma afrutado. Una copita, dos o una botella, la cantidad no importa.
Para acompañar a un vino de categoría, una COMIDA equilibrada, cuidada, trabajada, hecha con mimo y esmero. Elegida con delicadeza, pensada con amor.
Un buen POSTRE para endulzar, redondear y cerrar una etapa.
Un CAFÉ para tener ese toque de reposada cafeína, ese aroma envolvente, ese momento de tranquilidad y pausa.
Acabar con un GIN TONIC fresquito, que nos dé ese punto de malicia que necesitamos siempre.
Y si todo esto sucede en un ENTORNO agradable, tenue, envolvente en la magia creada con los demás ingredientes, en un entorno que te permite evadirte de todo a la vez que se oyen y se comparten RISAS sinceras, CONFIDENCIAS y por qué no BESOS.
Y este gran placer del que os hablo es LA FELICIDAD.
Deseo y espero que la descubráis.
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